Caza Firmas es un juego sencillo, fácil de preparar y muy
divertido, que siempre tiene mucho éxito. Se juega por la noche y requiere de
un espacio amplio en el que poder esconderse y a la vez en el que poder correr
sin necesidad de linternas. El único material del que es necesario disponer es de
unos rotuladores lavables.
El juego consiste en que cada
niño consiga el máximo número de firmas sin repetir, y estas se consiguen
encontrando a los monitores que firman, los cuales pueden hallarse escondidos o
corriendo por el recinto. Por otro lado están aquellos que tachan las firmas ya
conseguidas, a los cuales hay que evitar. La dificultad estriba en que el
chaval no sabe cuáles son los que tachan y cuáles los que firman, por lo que
deben ir siempre con cuidado. Un monitor que firma que vaya corriendo por el
campo puede ser un arma de doble filo, y puede generar miedo a acercarse por
parte de los niños; y al revés también, un monitor escondido que tacha puede
lograr que se le acerquen más para luego tacharles. La diversión del juego
dependerá, por tanto, de la capacidad de los monitores para adaptarse a cada
situación, así como de que los jugadores no puedan adivinar si uno es el que
tacha o firma.
Tradicionalmente se firma en los
brazos con unos rotuladores lavables, evitando los permanentes ya que después
van todos los chavales con los brazos pintados y no pueden lavárselos. Cuántas
más personas firmen mejor, ya que así habrá más firmas diferentes y el juego
será más largo y divertido. Siempre hay que tener en cuenta la proporción entre
los que firman y los que tachan, de modo que por cada 5 que firmen, 3 tachen.
De todas formas es algo que se deja a la libre elección y dependerá de muchos
condicionantes como el número de chavales y monitores, el tamaño del lugar en
el que se juega, así como los factores físicos del mismo. Los firmadores llevan rotuladores de
colores, que no deben ser muy claros para que se puedan ver en la oscuridad, ya
que es muy común que ocurra que se firme encima de anteriores firmas. Los tachadores en cambio llevan rotuladores
negros u oscuros y deben hacer una ‘x’ sobre la firma conseguida, no emborronar
todo el brazo al pobre chaval. En el caso de que no tengan firmas, no se tacha
nada y se deja ir.
Para facilitar el recuento de
firmas, los monitores que vayan a firmar deberían escribir en un papel las
firmas que van a utilizar, para que no se repitan o se parezcan. Éstas deben
ser simples, sencillas y rápidas de realizar, de forma que no se estén largos
tiempos realizando una misma firma, pues podría paralizar el juego del niño en
cuestión. Un ejemplo es el siguiente:
Una de las ventajas del Caza Firmas es que el tiempo del juego
es totalmente a elección, ya que se puede detener cuando sea necesario; y se
pueden hacer varias rondas: primero en un brazo y después en el otro.
Existe una modalidad en la que todos
los monitores firman y tachan mientras otro da silbatazos, de manera que con un
pitido todos firman y con dos pitidos todos tachan. Nosotros llamamos Elefantes y Olifantes a esta variante
del juego. Para que esta modalidad funcione y sea divertida, cuando se firma,
es decir cuando se es Elefante, hay que acercarse con sigilo y sin hacer ruido,
así como en grupos reducidos para que no escapen. Así tiene un poco de dificultad,
ya que todos los chavales son conscientes en todo momento de cuando se firma y
cuando se tacha. Los Olifantes por su parte, es decir, en el momento en que se
tacha, deben ir a lo bestia, corriendo y persiguiendo a todos. De esta manera cuando
se pite una sola vez deberá haber silencio, y los monitores deberán esconderse
tranquilamente, mientras que cuando se pite dos veces han de gritar, correr y
perseguir para darle cierta gracia al juego.
Gracias por el aporte. Este juego les encanta a los niños en los campamentos de verano.
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