La Pista Americana es un entrenamiento militar que consiste en
realizar un recorrido en el menor tiempo posible. Llevado a un juego de niños
sería un circuito de obstáculos que debe ser realizado en el menor tiempo,
individualmente o grupalmente. Debemos tener en cuenta que la Pista Americana
puede llegar a ser verdaderamente un agotamiento para los chavales, sobre todo
si es demasiado larga, o las pruebas son demasiado duras. Hay que saber hasta
dónde llega cada uno de los niños para que todos puedan acabar el circuito, más
o menos rápido, pero acabarlo siempre. Si realizamos una Pista Americana con
alguna prueba demasiado complicada físicamente, probablemente muchos chavales
no puedan sortearla y terminarían pasándolo mal.
Para fomentar el trabajo en
equipo, así como el compañerismo, la primera parte de la Pista debe ser grupal,
para acabar con unas últimas pruebas individuales. Primero se puede empezar con
un puente-mono, un rápel o una tirolina, ya que son más complejos en preparación, y sino
ralentizaría mucho el juego si se realizara a mitad o al final, haciendo que
muchos se pongan nerviosos deseando terminar y ganar. Después varios juegos de
grupo o de parejas, como la sillita de
la reina, la carretilla, el submarino o el túnel, en los cuales todo el equipo deba actuar como tal,
ayudándose mutuamente y remando todos hacia el mismo lado. También tenemos que
tener en cuenta el tiempo y la longitud de cada prueba, ya que la carretilla,
por ejemplo, puede suponer un auténtico infierno para el que está abajo o
acabar lesionado. Debemos prever que los chavales no pueden estar demasiado
tiempo expuestos físicamente, sobre todo algunos de ellos, por lo que también
hay que ser flexibles en cada prueba dependiendo del niño.
Si bien toda la Pista Americana puede ser grupal, lo
ideal es que haya un tramo individual, para que los chavales más competitivos
puedan superarse a sí mismos. De la misma manera que antes, las pruebas tampoco
pueden ser quebraderos de cabeza, ni físicamente imposibles para algunos. Ha
ser algo que les haga correr, hacer un circuito con balón, tirar a canasta
desde una posición sensata, pasar por encima y debajo de bancos, hacer alguna
flexión, saltar a la comba… Multitud de posibilidades que debemos ordenar de
manera eficiente y quizás con alguna prueba en la que importe casi más la
suerte (como por ejemplo, dar vueltas a un cono y tirar un penalti). También
debemos ser flexibles si ponemos pruebas como hacer flexiones, saltar a la
comba o tirar tiros libres, puesto que sino corremos el riesgo de que algún chaval
se atranque en una de las pruebas, y no se divierta finalmente, objetivo del
juego. Al final del recorrido se puede poner una prueba con agua en la que se
mojen, como por ejemplo un túnel de bancos con redes entrelazadas, en el que un
monitor con una manguera o los demás niños con globos de agua vayan evitando
que pasen con facilidad. Es una divertida manera de terminar si no se hace con
mala leche, y tan solo se usa el agua para retrasar el avance. Por otro lado,
el hecho de arrastrarse por el barro es bastante divertido para los niños, y
acabar totalmente manchados el final de la prueba suele gustarles, ya que es el
sacrificio por un esfuerzo bien hecho. Debería ser al final ya que realizar
mojados ciertas pruebas puede suponer un suplicio innecesario para ellos, pero
eso ya es algo abierto a cada caso.
Lo ideal es que un monitor se
sitúe en cada prueba o en varias de ellas para ir gestionando el avance de cada
grupo y de cada niño, de forma que la prueba vaya realizándose fielmente y por
supuesto para que todos participen y se sientan incluidos en el equipo. Las
pruebas individuales, por su parte, también deberían vigilarse con el objetivo
de que no haya chavales que se detengan atascados y pongan en peligro su
diversión y la de su equipo. Es muy necesario ser flexibles.
Para llevar el tiempo de la
prueba, una de las técnicas más infalibles es sincronizar los relojes tanto del
primer monitor que dé salida a cada equipo, como del último que apunte la hora
de llegada. También puede ser uno solo quién apunte la salida y la llegada,
pero lo habitual es que los grupos salgan cada 5 minutos para que no se
superpongan en una de las pruebas, y acabe siendo injusto para uno de ellos. Si
se hace una tirolina o un puente-mono al principio de la pista la salida de
cada equipo la marcarán conforme vayan pasando la prueba, de forma que cuando
todo el grupo la termine siga a la siguiente prueba. Esta forma de salir es muy
eficaz ya que normalmente un grupo de 7 u 8 chavales tardan lo suficiente para
dejar ventaja al equipo que lo hizo primero, y entonces la hora de salida de
cada equipo sería conforme a la rapidez con que se realice la prueba. Hay que
tener en cuenta que una actividad con cuerdas como cualquiera de estas requiere
normalmente de cierta preparación preliminar: si hay que explicar cómo se
coloca un arnés, las cuerdas, etc. Lo ideal es que la Pista Americana no supere los 20 minutos por equipo.
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